Cerrando brechas

Publicado por Juan Pablo Ocampo | | Posted On lunes, 7 de julio de 2008 at 10:51

Entevista al Prof. Gustavo Yamda
Por Juan Pablo Ocampo y Luis Felipe Hamann


¿Puede el gobierno alcanzar la meta de 30% de pobreza para el 2011?
Al ritmo de 5,2 puntos porcentuales al año se podría alcanzar fácilmente en los 3 años que quedan. Sin embargo, la caída en la pobreza vista en el 2007 es un hecho extraordinario, gracias a un aumento del producto de 9% y a una inflación medida en la encuesta de 1,6%. Resulta más probable un ritmo de 2 puntos por año. En ese caso estaríamos en el 34% en el 2011.

Para alcanzar la meta de 30% tendríamos que reducirla a un ritmo de 3 puntos por año. Lamentablemente, el escenario se está complicando: los términos de intercambio han empezado a caer, y la inflación ya está al doble de la meta del BCR

¿Qué cambios se necesita hacer en política social para mejorar esta lucha contra la pobreza y alcanzar la meta mencionada?
Se necesitan políticas sociales y económicas más sistemáticas e integrales, dejando de lado la visión más fragmentada y sectorial del Estado (que se ve no funciona). Si se quiere reducir la pobreza en la zonas rurales hay que ir con todo un paquete integrado de intervenciones, tanto en la parte social como en la económica, donde gabinetes completos ataquen la pobreza. No es solo labor de economistas, sino de ingenieros, sociólogos, antropólogos, y otras muchas profesiones; el desarrollo es un tema multisectorial. Hay que ensayar tecnología que en otros contextos han funcionado; no tienen porqué ser obras faraónicas.

La reciente ley de constitución del centro de Planeamiento Estratégico (CEPLAN), apoya en este sentido. Creo que uno de sus roles fundamentales es darle integridad y coherencia a este ataque frontal a la pobreza en zonas donde el mercado por si solo no va a solucionar el problema.

¿Cual es el rol de la descentralización y la calidad de funcionarios en esta lucha?
Ahora se le echa la culpa al proceso de descentralización de que no se puede ser más eficaz. Es cierto que al principio hay fricciones entre los tres niveles de gobierno -local, regional y central- pero esto es más sostenible en el mediano plazo. Se requiere de funcionarios capacitados y dispuestos a trabajar juntos en los tres estamentos - este es un eslabón bastante débil de la cadena. Falta mucho, pero es parte de un proceso de aprendizaje, de desarrollo en democracia y de varias décadas por delante.

Las políticas sociales en el Perú tienen que tener la misma sofisticación que las políticas macroeconómicas del BCRP y el MEF. Hay que formar trabajadores públicos en los sectores sociales y de lucha contra la pobreza a nivel central, regional y local, que sean tan sofisticados como los que manejan la política económica. Se necesitan funcionarios de primer nivel, nivel analítico, y equipos estables, que tengan continuidad más allá de un gobierno.

Eso es un poco complicado, porque también hay una comparación por la gente de primer nivel que ve el trabajo en el Estado como un "servicio militar obligatorio"...
La iniciativa de tener un cuerpo de gerentes públicos que van a ganar 30% más que el presidente, y que van a ser distinguibles por nombre y apellido, apoyaría en este sentido. Se les va a pagar muy bien, pero también van a tener que rendir cuentas de manera transparente.

Todo va en cadena. Ellos también van a necesitar equipos buenos. Estos tienen que ser de primer nivel para poder hacer cosas innovadoras; que te puedan leer las mejores prácticas a nivel internacional y discutir cómo adaptarlas para un contexto peruano. Que no te acepte simplemente el proyecto enlatado de otro país para aplicar en Perú

¿Y si se nos duerme el dragón?

Publicado por Juan Pablo Ocampo | Etiquetas: , , , , , , , | Posted On jueves, 26 de junio de 2008 at 13:40

No se alarme (todavía) estimado lector, no nos referimos al hipotético caso en el que se vea imposibilitado de satisfacer sexualmente a su compañera amorosa (o compañero, dependiendo de gustos) por no obtener la respuesta esperada de su "amigo de abajo". Tampoco meditaremos sobre la milagrosa pastillita azul o los múltiples problemas de depresión que conllevan dicha disfunción.

A lo que sí nos referimos es a la posibilidad de que se duerma un poco el Gran Dragón de la economía China, lo que conllevaría a otros tipos de depresión adicionales a la emocional en el mundo y el Perú. Lo anterior puede sonar para muchos como un comentario alejado de la realidad ¿Lo es realmente?¿Es China y su crecimiento una perpetua realidad que evitará al Perú sufrir los males de la crisis internacional?¿Es la economía China realmente independiente de lo que pasa en EEUU?

¿Cuento Chino?
Muchos son los analistas peruanos que han sostenido y sostienen que la crisis de EEUU, y la recesión en la que probablemente ya se encuentran sumergidos, no afectará fuertemente al Perú. El principal argumento dado es que la demanda de China e India se mantendrán altas, lo cual mantendrá elevados el precio de los metales (implicando la estabilidad macroeconómica del país). El problema es que China está mostrando cada vez signos más alarmantes sobre su economía.

Uno de estos signos, explicado recientemente en un artículo de The Economist es la posibilidad de que estalle en China una burbuja de propiedad. Los precios de las casa han subido estrepitosamente en los últimos años y desde este año han venido cayendo con la misma o mayor velocidad en muchos distritos. De estallar esta burbuja (lo cual resulta extremadamente probable) se verán afectadas entidades financieras y los mismos consumidores chinos (que han buscado almacenar su riqueza comprando propiedades).

Ningún hombre (o dragón) es una isla
Mucho se habla también de la teoría del desacoplamiento. Básicamente, de acuerdo con esta teoría, China no se vería tan afectada por la crisis de EEUU. Esto no ha sido plenamente comprobado aún pues, en la medida en que la recesión en EEUU se haga más profunda y dure más tiempo (lo cual parece cada vez una realidad más cercana), sí se verían afectadas las exportaciones chinas y, con esto, su demanda.

Existe, pues, la posibilidad de que se desacelere la Gran China. Sabemos que de pasar esto el precio de los metales que exporta nuestro país sufriría aún mayores caídas de las ya experimentadas. Además, conforme se agravan las crisis alrededor del mundo, los inversionistas entran en pánico, retirando su dinero de los países más riesgosos (entre los cuales Perú no deja de estar). Todo esto traerá un efecto en cadena que mermará la estabilidad económica y social de país.

No podemos mantener los ojos cerrados ante esta posibilidad. Precauciones deben ser tomadas. Tampoco vendría mal que el gobierno cuide mejor en donde gasta nuestro dinero. Mientras más panes tiremos al suelo, menos habrá para comer después.




¿Échale más agua al caldo?

Publicado por Juan Pablo Ocampo | Etiquetas: , , , , , , | Posted On martes, 10 de junio de 2008 at 13:37

como prefiere el gobierno el camino "rápido" para tratar de solucionar problemas como el alza del precio de los alimentos


"Sabias" soluciones

Las cada día más acertadas opiniones de nuestro esbelto mandatario no se hicieron esperar ante la reciente alza en los precios del pollo y el arroz. Su salomónica solución consistía en que los peruanos sencillamente coman menos arroz y pollo y más pescado y papas, además de afirmar que "No hay que lloraralza de los precios".

Definitivamente no cabe duda de que él por comida no llora (esta deducción queda demostrada por la presencia de evidencia física concluyente), pero no hacen falta muchas neuronas para darse cuenta de que existen miles de niños en el Perú que si lloran cuando no pueden comer porque a sus padres no les alcanza para ese día. Tampoco se necesitan muchas para saber que el cambio en los hábitos alimenticios de cualquier cultura es un proceso que toma bastante tiempo (sobre todo en una donde el pollo y el arroz tienen tanto peso en la dieta semanal y diaria).

En los comentarios procurados aquel día no faltaron los que acusaban como los causantes del problema a los especuladores y-lo grave-instaba a los consumidores ha imponerse por encima de los mismos. Con esto quedan demostrados nuevamente los elevados conocimientos económicos de nuestro presidente, quien parece desconocer u olvidar -no por primera vez- como funcionan en realidad esos mercados.


¿El poder del consumidor?

Es cierto que parte del alza en dichos productos es explicada por factores internacionales (explicados en un artículo anterior) pero la presencia de especulación -especialmente en el caso del pollo- no deja de explicar otra parte del fenómeno. El error está en creer que el especulador es el minorista, cuando quien se lleva el margen más alto de ganancia en el mercado es el intermediario entre el mayorista y el minorista. Es él el principal causante de las distorsiones (es decir efectos en el precio que no son causados por cambios en la oferta y la demanda).

Ninguno de los dos productos se caracteriza por tener un "mercado perfecto", por el contrario, ambos presentan oligopolios y otras distorsiones. La solución estaría pues en la cancha del estado y no en la del consumidor ni en la del minorista. Notamos que el estado o no es lo suficientemente hábil como para ver la verdadera causa, o más probablemente, no quiere aceptarla.

El gobierno parece usar en sus políticas aquella solución de, ante la insuficiencia de ingredientes para preparar un caldo que alimente a todo la familia, echarle más agua al caldo para que alcance para todos. El problema esta en que el estado si cuenta con los ingredientes necesarios, sin embargo, prefiere proponer soluciones que nada resuelven en la realidad.


El (podrido) pan de cada día

Existen muchos otros casos en los cuales diferentes personajes del gobierno han propuesto soluciones de este tipo. Además de medidas como las del delivery de alimentos -en palabras de la iluminada Susana Pinilla- resaltan recientemente las de aplicar mayores rigideces en los contratos laborales (que incentivan aún más el ya elevado grado de informalidad) o la de buscar que el Perú sea sede de las Olimpiadas -el Perú no solo no cuenta con la infraestructura, sino que el tráfico de Lima es ya tal, que un colapso de nuestra ciudad parece estar cada vez más cerca, como revela un artículo publicado hoy en Peru.21.


En la medida en que el gobierno siga obstinado en no querer atacar las verdaderas causas de los problemas, ni proponer soluciones eficaces y eficientes, será como agregar cada vez más y más agua al caldo. Esto no hará más que elevar en miles el número de los que sufren de desnutrición

...literalmente.

Si Alan leyese a Francke...

Publicado por Juan Pablo Ocampo | Etiquetas: , , , , , , , , , | Posted On domingo, 1 de junio de 2008 at 12:10

1. No tendría que preocuparse tanto por sus puntos de aprobación.

2. Como consecuencia de lo primero, no se esforzaría tanto por retar nuestra capacidad para aguantar la risa con sus "grandes ideas" (como es el caso de las "Olimpiadas Perú 2020")

3. Su buen amigo Renan Quispe no se habría visto en la necesidad de agotar cuanto recurso matemático tuviese a su mano para hacer las cifras de pobreza más......alegres.

4. Sería más real la posibilidad de que alcancemos las metas del milenio

5. El crecimiento peruano estaría menos en manos del azar y sería más sostenible

Estas serían solo algunas de las muchas consecuencias de leer el trabajo de Pedro Francke y llevar a cabo las propuestas que ha hecho a los largo de los años para reducir la pobreza y la desigualdad en el Perú. De cumplirse esto, el verdadero número de pobres estaría más cerca de aquel que con mucho entusiasmo divulgaron a los cuatros vientos Alan y su pandilla recientemente.

Es pues por su extraordinario trabajo en el tema de pobreza peruana, política económica y gasto social que Pedro Francke merece sin lugar a dudas el premio de Economista Peruano del Año



¿Puede “surfear” el Perú la ola del “Tsunami silencioso”?

Publicado por Juan Pablo Ocampo | Etiquetas: , , , , , , , | Posted On lunes, 5 de mayo de 2008 at 15:13

"La muerte en todas sus formas es aborrecible para el hombre, pero la peor de todas es la muerte por hambre."- Homero

“Donde hay hambre, las tripas cantan.”- Anónimo

Día a día va ganando nuestro país mayor renombre en el mundo del surf. Contamos con destacados surfistas a nivel internacional, además de más escuelas y torneos de este deporte en nuestra costa. ¿Tendrá el Gobierno Peruano la misma habilidad para poder surfear una “ola” que ya está ahogando a más de 40 países alrededor de todo el globo? ¿O nos veremos arrastrados al caos, la inestabilidad política y el aumento de la pobreza extrema?

No, no nos referimos a la oleada de tristeza masculina por el encarcelamiento de la atractiva Angie Jibaja, o la oleada de “amigables palabras” proferidas en el hemiciclo del Congreso. Estamos hablando de una ola de gigantescas proporciones, que ataca directamente a los más pobres de este país: el terrible aumento mundial en el precio de los alimentos, conocido, desde hace unas cuantas semanas, como el “Tsunami Silencioso”.

Durante los últimos meses los precios mundiales de productos tan consumidos en el Perú como el arroz, el trigo y el aceite (entre muchos otros), se han elevado a velocidades y niveles sin precedentes. Como se observa en las tablas, el precio de los cereales y de los aceites se ha casi duplicado en tan solo un año.

Esta situación esta generando inestabilidad social y política alrededor de todo el mundo (desde Haití hasta Tailandia), siendo las protestas y reclamos de las familias de escasos recursos el factor común. El Perú no es la excepción. Esto quedó demostrado por las protestas en Puno (no más de dos semanas atrás) y en el Centro de Lima (el miércoles pasado). Esta última transcurrió acompañada de frases como: "Escucha policía, tu olla está vacía igual que la mía, por culpa de García," y del sonido de ollas cuyos músicos eran las dirigentes de los comedores populares.

Conforme continúe la crisis, mayor será el caos. Debemos tomar en cuenta que el Perú es un país vulnerable: alrededor del 44% sufre de pobreza, y 16% padece de pobreza extrema. Es este grupo el más afectado y el que menos voz tiene en el Estado. Grupo que seguramente veremos aumentar en porcentaje este año, retrocediendo así los pocos y pequeños (muy pequeños) pasos que hemos avanzado en este tema.


Yo no fui, fue teté

Explicaciones para esta crisis hay muchas, algunas incluso opuestas dependiendo de la postura ideológica. En un inicio se hablaba más de reducciones en la oferta por fenómenos climáticos adversos en países exportadores de alimentos (Ban Ki Moon relaciono esto al calentamiento global). Más adelante eran los especuladores quienes tenían la culpa. Si bien estos fenómenos juegan su parte en el tsunami, los principales causantes de la tendencia serían otros.

El crecimiento en China e India sería uno de estos. El aumento en los ingresos de sus pobladores los lleva a elevar su consumo. La demanda por arroz, trigo, aceite, etc, se ha elevado más rápido de lo que la oferta ha podido responder, influenciando, pues, en los precios. Resulta entonces paradójico como el crecimiento de estos países es alabado por tantos (desde reconocidos analistas hasta un ex presidente) no sólo como el gran milagro que ha aumentado las exportaciones mineras (y con ello el crecimiento económico) sino como la razón por la cual el Perú seguirá desarrollándose.

Así pues, bajo el sistema primario exportador peruano, un mismo fenómeno genera un aumento en las exportaciones mineras (beneficiando principalmente a los dueños de estas mineras) y un aumento en los precios de los alimentos (perjudicando principalmente a los pobres extremos). La brecha entre aquellos que tienen mucho, y los que menos tienen, difícilmente se estrechará después de este año.

Los desequilibrios en los mercados producidos por los gobiernos también tienen su parte. Podemos agradecer a la política de subsidios norteamericana para la producción de etanol (elaborado a base de cereales) como otro de los factores que han elevado el precio de los alimentos.

¿Un superhéroe llamado Alan?

Ante esta grave situación, esperaríamos que nuestro sabio presidente - con, doctorado y PhD en “crisis económicas”- supiera afrontar esta crisis con programas de ayuda eficientes - que limiten las filtraciones y brinden la mayor ayuda posible a los más pobres. Sin embargo, una de las primeras acciones fue la reducción de aranceles (que poco consiguió) y, más recientemente, la distribución directa de alimentos en los barrios marginales.

Definitivamente, una gran decisión, porque claro, con entrega directa de alimentos no existe posibilidades de filtración, y todos sabemos que los pobres extremos del Perú están todos aglutinados en los pueblos jóvenes de Lima. Las motivaciones de nuestro tímido presidente, difícilmente estarían relacionadas con su popularidad en caída.

No importa que sea reconocida la superior eficacia de las transferencias directas de dinero con restricciones (que limitan el nivel de corrupción y permiten que quien mejor sabe lo que necesita su familia adquiera los bienes). Menos aún importa que quienes más sufren, que los lugares con mayor desnutrición infantil y pobreza extrema, se encuentren en departamentos como Huancavelica o Ayacucho.


Y ahora…¿Quién podrá defendernos?

Departe del estado, son urgentes las reformas al sistema de ayuda social. Un programa similar a Juntos puede hacer mucho por los pobres extremos - tomemos en consideración que la brecha de ingresos mensuales que separa a un pobre de un pobre extremo esta alrededor de los 135 soles. Los problemas que enfrenta el sistema de asistencia social estatal son muchos (desde filtración hasta casi risible descoordinación) y todos deben ser resueltos por medio de una reforma integral que tenga como principal beneficiado a los pobres extremos, y no a la mayor aprobación del presidente.

Para poder “surfear” y no ahogarnos en la crisis, necesitamos de un estado que sepa manejarse bien sobre la tabla. Se necesita de un estado más eficiente, moderno, que invierta en hacer estudios de impacto y realice una evaluación detallada del proyecto (antes de llevarlo a cabo, durante la ejecución, y una vez terminado). De otra forma, nos volveremos a ahogar (no tengo que especificar que tsunami de precios nos ahogó en el pasado ni con que presidente) y, aunque logremos salir a la superficie eventualmente, se pagará caro. No con lucas, sino con las vidas de los más pobres.

¿No a la discriminación?

Publicado por Juan Pablo Ocampo | Etiquetas: , , , , , | Posted On martes, 15 de abril de 2008 at 16:02

“Primero la comida, luego la moral” - Bertolt Brecht

Las últimas semanas los diarios, la televisión -y un sinfín de blogs- han bañado a la opinión pública de artículos y debates relacionados a la discriminación que, ciertos clubes privados, ejercen al impedir que mujeres sean socias de sus organizaciones. Analistas han declarado, congresistas han vociferado, y un tímido presidente (nunca deseoso de hacer noticia, salir frente a las cámaras o promulgar una ley que le permita ganar popularidad) ha decretado una ley que acabaría con dicha discriminación

En cualquier parte del mundo, pero más aún en países que presentan fuertes injusticias sociales, es aplaudible que el gobierno decrete leyes que luchen contra la discriminación. Para nadie es sorpresa el hecho de que la sociedad peruana esta plagada de prácticas discriminatorias (sean de raza, género o religiosas). A pesar de esto, ¿es dicha ley un verdadero y primordial avance?

Existen muchas formas de discriminación, de exclusión, más allá de las de género. La pobreza extrema, por ejemplo, atenta claramente contra la justicia social, y deja a un gran porcentaje de la población excluida de los servicios básicos de salud y educación. Comunidades enteras permanecen fuera del alcance del estado y son incapaces de integrarse a los beneficios de una supuesta creciente economía.

Existen en este país mucho otros grandes problemas que escuchamos a diario, como el deficiente poder judicial, la corrupción, la desigual distribución de la riqueza… ¿está acaso la ley mencionada atacando directa y eficazmente estos problemas? ¿no existen otras leyes, otras reformas, más urgentes?

¿De qué le sirve a ese 44 por ciento pobre el que puedan las mujeres ser socias de clubes privados? Dudo que una madre de Villa el Salvador que ve que no le alcanza para el pan, o una capesina que lucha por subsistir teniendo que alimentar más de seis bocas y soportar los golpes de su marido, festejen con extrema alegría la decisión del presidente.

Incluso si consideramos la discriminación de género como el primer problema a solucionar, el exigir a los clubes privados a aceptar mujeres esta aun bastante lejos de reducir la discriminación que sufre día a día la mujer en este país. No podemos olvidar que son las mujeres quienes sufren los mayores grados de pobreza y analfabetismo.

Si el gobierno quiere solucionar los graves problemas de discriminación debería dedicar mayor tiempo y esfuerzo a más urgentes reformas, como son la educativa y la judicial. Toda esa energía que han gastado los funcionarios del gobierno y los medios de comunicación en discutir esa ley, debería usarse primero en las dificultades de mayor envergadura. El estado asemeja a un corredor de triatlón, que cree que ganará la carrera nadando estilo libre, cuando todavía está sobre tierra corriendo.

El Perú definitivamente avanza. El problema está en que no avanza como un corredor, sino mas bien como un ebrio. Está avanzando a pasos muy lentos, y, probablemente, en círculos.

Una peste, muchos apestosos, y muchos más apestados

Publicado por Juan Pablo Ocampo | Etiquetas: , , , , , , | Posted On martes, 8 de abril de 2008 at 15:45

Dentro de nuestra populosa urbe, existe un extraño, muy visto, pero poco querido personaje que tiene algo de héroe y, generalmente, mucho de villano. Combina muchas veces la violencia, la falta de respeto, modales (a veces incluso un pestilente olor), con poderes mágicos y sobrehumanos equilibrismos.

Sí, nos referimos a nuestro no tan “amigable vecino”, el cobrador de combi. A pesar de que tengo la certeza de que existen cobradores amables, educados, honestos, y muy pulcros, la muestra que he obtenido a lo largo de mi vida me ha enseñado, lamentablemente, que no son la mayoría.

Son los otros los que más recuerdo: los que vociferan las más “extraordinarias” frases con el sustantivo madre, frotan su pata contra el derriere de cuanta atractiva señorita ose subir al vehículo, tratan de engañarte de que el pasaje medio es 2 soles, y parecen tener una incansable querella contra el jabón.

Poseen también admirables atributos. Son pocos los que pueden hacer entrar en un espacio donde caben solo 20 personas a 60, al mismo tiempo que mantienen 98% de su cuerpo fuera del vehículo a más de 80 kilómetros por hora. Son, por esta combinación de superpoderes y villanía, criaturas bastante llamativas.

Lamentablemente, el poder que más usan es otro: generar la más grande incomodidad y malestar. Es que, qué otro efecto puede provocar en uno el estar aplastado por la gente, el olor, y el soportar los gritos, lisuras y demás tratos violentos del cobrador, que el rogar conseguir el dinero para nunca más verse forzados a vivir la tragedia del transporte público masivo. Las gallinas la pasan mejor, metidas en cajones, que los pasajeros; al menos ellas tienen la certeza de que nunca más tendrán que realizar ese viaje.

No son la clase de criatura llamativa que uno desearía tener en su ciudad, están mas bien más cerca de una peste, y, como tal, debe ser eliminada. Deben ser reemplazados por ese otro personaje tan raras veces visto en persona: el buen cobrador (descrito al inicio).

Para aspirar conseguir tal meta, debemos conocer primero qué lamentables sucesos provocan la existencia de este ser. Definitivamente la pobreza, un hogar o vecindario marcados por la violencia y la falta de una adecuada educación influyen en su errado comportamiento. Resulta difícil para alguien que ha crecido en un ambiente como ese, aprender que existen otras formas para obtener lo que quiere que la violencia (sea verbal o física).

Existe también un Dr. Frankenstein en esta historia: el sistema de transporte público. Las escasas barreras impuestas durante el gobierno de Fujimori para la creación de empresas de transporte público han saturado a Lima. Se ha generando una fuerte competencia por obtener cuanto pasajero llegue a entrar (pisoteando la moral y el respeto si es necesario). Además, existen escasos requerimientos para el puesto, y casi nula preocupación de estas empresas por educar en el buen trato al cliente.

Ciertamente el análisis antes mencionado no es razón para perdonar su conducta. Existe también el tema de libre albedrío, y la incapacidad de muchos para decidir ser un mejor empleado, una mejor persona.

La solución tiene que ver con atacar los problemas antes mencionados. Sin embargo, debemos aceptar que lo que podemos cambiar por nuestra cuenta no es despreciable Si nos esforzamos los pasajeros por enseñar con el ejemplo, algo lograremos. Si tienes un amigo cobrador, mucho te agradeceríamos que le regalaras, de paso, un Manual de Carreño o al menos la versión de Frieda Holler.